La Universidad Luterana Salvadoreña, es una institución que ofrece educación superior de calidad a todos los sectores de la sociedad, poniendo especial énfasis en los más vulnerables. Basándose en un modelo participativo y cumpliendo con sus funciones básicas: docencia, investigación, proyección social e internacionalización, contribuye al desarrollo social, político y económico sustentable del país.
Ser una institución con altos estándares de calidad, capaz de responder a través de sus funciones básicas a los retos emergentes de la sociedad, formando profesionales con capacidad técnica-científica, con vocación de servicio, principios morales sólidos, proactivos, dinámicos, que se interesen por aportar en la construcción de una sociedad más justa.
Por: Licda. Kelly Sánchez
Publicado: 2024-10-14
Actualmente, con el auge de la globalización, la modernización, y el uso más amplio de las tecnologías, las exigencias de brindar una educación de calidad es cada vez más grande, ya que esta promueve el progreso de los estudiantes en una extensa gama de logros intelectuales, sociales, morales y emocionales. La búsqueda de esta calidad educativa, conlleva a exigir un cambio en el rol del docente, el cual se debe transformar de ser un docente tradicional o técnico a ser un docente investigador, que deberá de generar reflexiones sobre su práctica docente. Por todo lo anterior, surge la necesidad de analizar el papel del docente para mejorar la calidad educativa.
Para iniciar con el análisis, es preciso describir el rol tradicional del docente, el cual, se caracteriza por realizar una simple transmisión de conocimientos hacía el alumno. Desde esta perspectiva, la enseñanza es vista como una actividad lineal donde las conductas del profesorado son consideradas causas y el aprendizaje del alumno como efecto. Para esta concepción, el profesorado, básicamente, es personal técnico que posee recursos y competencias para resolver sus problemas educativos.
Su profesionalidad se contempla a través de la racionalidad técnica: dados unos determinados objetivos, se seleccionan los medios más adecuados para su consecución y se caracteriza por seguir al pie de la letra el currículum oficial, establecido para la materia que imparte. Trillo (1994) citado por Herrero, nos describe la forma de trabajo de un docente técnico, para ello cito el siguiente texto:
Un profesorado individualista, despreocupado del sentido y valor de su acción educativa. Constituye un modelo de profesor antiguo, cuya función consiste en cumplir determinado programa que le viene impuesto, sin cuestionarse lo que resulta mejor para sus alumnos. Se resiste al cambio ya que no suele creer en él y además supone esfuerzo adicional por su parte para ponerse al día (2012, p.141).
Es decir, este rol tradicional por parte de los docentes, toman la enseñanza como un proceso racional y tecnológico de búsqueda de la eficacia docente y de la efectividad de la escuela, para lograr los objetivos educativos definidos por la institución y el currículum. Pero este rol de docente tradicional debe cambiar, debido a los rápidos cambios sociales y tecnológicos, los cuales exigen la construcción de nuevas imágenes, tanto de la educación como del profesorado. Esta nueva imagen del profesorado debe incluir el rol de un docente investigador, ya que este juega un papel clave en la mejora de la calidad educativa.
Habría que mencionar también, que en el ámbito educativo, la enseñanza y la investigación, han sido dos actividades que han trabajado por separado, ya que la investigación tradicional, se ha enfocado más a crear las teorías sobre la educación, que a mejorar la práctica docente, separando y distanciando a quienes investigan en educación de quienes están en la práctica, este pensamiento ha retrasado el avance en la actividad educativa, ya que la enseñanza se concibe como una actividad investigadora y la investigación como una actividad auto reflexiva, realizada por el profesorado con la finalidad de mejorar su práctica docente y garantizar la calidad educativa.
Es por ello, que dentro de la práctica docente, se requiere la realización de reflexiones sobre el papel que desempeña, las cuales pueden obtenerse al investigar su propia práctica, para ejemplificar esta postura se cita el texto siguiente: “Reconocer que la investigación educativa es un proceso que mejora la enseñanza y genera conocimiento, debe estimular al profesor para que sea una práctica recurrente en su quehacer profesional” (Muñoz y Garay, 2015). Esto debido a que la enseñanza es una actividad investigadora, la cual se basa en la teoría, se desarrolla a través de la práctica, y se modifica mediante nuevas acciones. El docente investigador recoge datos en el transcurrir de la práctica en el aula, luego las analiza e interpreta y vuelve a generar nuevas preguntas e hipótesis para ser sometidas a investigación. En este sentido, Muñoz y Garay (2015) describen el rol del docente investigador como:
Tomador de decisiones, consultor, desarrollador del currículo, analista, activista, líder escolar, y también como conocedor de los cambios en los contextos escolares. Esto transforma el rol del profesor pasando de ser un mero consumista de los productos de las investigaciones, y lo convierte en un ente activo de dichos procesos y resultados.
Bajo esta perspectiva Dewey citado por Latorre (2003), propuso que:
Los docentes aprendieran a moverse por sus propias ideas e inteligencia, haciendo énfasis en la importancia de reflexionar la práctica docente, además de recomendar integrar las observaciones obtenidas de la reflexión en las teorías que emergen de los procesos de enseñanza y aprendizaje, haciendo énfasis que los docentes debían ser consumidor y generador de conocimiento. (p.11)
Esta propuesta de Dewey, indica que el hecho que el docente investigue su propia práctica, genera nuevo conocimiento, es por ello la importancia de incentivar su realización. Dewey citado por Ruiz, propone un esquema que debe de seguir un docente investigador. Consecuentemente, y como todo investigación parte de una situación problemática de incertidumbre, dicha situación constituye el primer momento de la búsqueda y permitiría dilucidar una idea o solución.
Un segundo momento estaría dado por el desarrollo de esta conjetura o sugerencia, mediante la razón (intelectualización del problema). El tercer momento sería el de experimentación en el cual se ensayarían diferentes hipótesis para probar la adecuación o no de la solución propuesta. El cuarto momento de la investigación estaría dado por la reelaboración intelectual de las hipótesis originales. El quinto supondría la verificación que puede dar lugar a diversos recorridos ulteriores.
Sin lugar a dudas, el docente es una pieza fundamental en todo el proceso de la enseñanza-aprendizaje, es por ello que la función que desempeña para garantizar la calidad educativa es muy importante. Uno de los elementos primordiales a tener en cuenta, es la modificación del papel que juega el docente, se debe cambiar ese rol tradicional o técnico, que solo se preocupa por cumplir las metas y el currículum establecido por la institución, esto debido a los rápidos cambios sociales y tecnológicos que demandan un nuevo rol, que se enmarca en promover nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje. Por ello surge la necesidad de investigar y auto reflexionar sobre su práctica docente, el cual les permitirá ser un agente de transformación y renovación, esto garantizará la calidad de la educación que están recibiendo los estudiantes.
Referencias:
Herrero Márquez, P. (2012, 06 11). La interacción comunicativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Revista electrónica de investigación Docencia Creativa, 1, 138-143. https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/21983/ReiDoCrea-Vol.1-Art.19-Herrero.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Latorre, A. (2003). La investigación-acción: conocer y cambiar la práctica educativa. Editorial Graó. https://www.academia.edu/32496687/La_investigaci%C3%B3n_acci%C3%B3n_Conocer_y_cambiar_la_pr%C3%A1ctica_educativa
Muñoz Martínez, M., & Garay Garay, F. (2015). La investigación como forma de desarrollo profesional docente: Retos y perspectivas. 41(2). http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052015000200023
Ruiz, G. (2013). La teoría de la experiencia de John Dewey: significación histórica y vigencia en el debate teórico contemporáneo. Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal, 11(15), 103-124. http://dx.doi.org/10.14516/fde.2013.011.015.005
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