La Universidad Luterana Salvadoreña, es una institución que ofrece educación superior de calidad a todos los sectores de la sociedad, poniendo especial énfasis en los más vulnerables. Basándose en un modelo participativo y cumpliendo con sus funciones básicas: docencia, investigación, proyección social e internacionalización, contribuye al desarrollo social, político y económico sustentable del país.
Ser una institución con altos estándares de calidad, capaz de responder a través de sus funciones básicas a los retos emergentes de la sociedad, formando profesionales con capacidad técnica-científica, con vocación de servicio, principios morales sólidos, proactivos, dinámicos, que se interesen por aportar en la construcción de una sociedad más justa.
Por: Licda. Jennifer Mariela Ramos
Publicado: 2024-08-08
La sociedad actual se encuentra caracterizada por una inminente revolución tecnológica, la cual está inmersa en todos los ámbitos de la vida, desde el área laboral, médico, económico, legal y hasta educativo. Esto porque se encuentra marcada por la digitalización y la globalización, por tanto, los sistemas educativos han tenido que evolucionar tomando como base los beneficios y oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y herramientas digitales. Una de las innovaciones más importantes en los últimos años ha sido el desarrollo progresivo de la Inteligencia Artificial (IA). Si bien existen varias definiciones, en este artículo se comprenderá como “la rama de las ciencias computacionales que se encarga del diseño y construcción de sistemas capaces de realizar tareas asociadas con la inteligencia humana” (INCYTU, 2018). Misma que tuvo su origen en los estudios basados en las redes neuronales que procuraban replicar las formas en que funciona el intelecto humano desde una perspectiva computacional en 1956 (Torra, 2019).
En ese sentido, la IA se encuentra presente en diversas aristas, en este caso se presta especial interés cuando se trata de su incorporación dentro del ámbito educativo, donde adquiere el denominativo de Inteligencia Artificial Generativa (IAG), la cual “es un tipo de inteligencia artificial (IA) especializada en la creación de contenidos nuevos, y supone un avance respecto a la IA tradicional, que se ha centrado normalmente en la toma de decisiones basadas en entradas específicas” (Cruz et al., 2024). Esto quiere decir que supone una actualización en la manera tradicional en la que los educadores diseñan sus cursos y por supuesto los materiales que permitirán el logro de los objetivos pedagógicos.
En el plano universitario, resulta importante considerarlo porque proporciona más herramientas que permiten optimizar el proceso de enseñanza aprendizaje, en tal sentido, resulta imperante que los educadores puedan emplear la IAG tomando en cuenta las implicaciones que esta trae consigo. En primer lugar, conlleva a la generación de materiales más interactivos lo que permite a su vez que se pueda ofrecer una personalización del aprendizaje, puesto que se toma en cuenta que hay diversidad en los grupos de clases. En segundo lugar, se fomenta el desarrollo de competencias digitales puesto que se enriquece la colaboración y el pensamiento crítico por parte de los estudiantes. En tercer lugar, otorga un papel de mediador a los educadores ya que no es únicamente la fuente de información completa para el desarrollo de las actividades, centrando el proceso educativo hacia el estudiante.
No obstante, si bien la IAG permite que se puedan crear actividades más interactivas y contenido más innovador, también podría estar generando alta dependencia tanto por estudiantes como docentes, obviando que en algunos casos sí es imprescindible que existan aportaciones propias para no caer en el problema de sustitución del recurso humano por el recurso meramente tecnológico. Otra de las implicaciones demandaría que exista un conocimiento preciso y a su vez responsable de este tipo de herramientas, que existen para facilitar el trabajo y no para realizarlo todo por completo. Es por ello que, el papel de la ética es crucial porque debe existir creatividad y originalidad del contenido creado para que facilite el aprendizaje de manera consciente.
Finalmente, en las Universidades se debe fomentar el uso responsable de las herramientas que ofrece la IA, puesto que están al servicio de facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje. También resulta importante destacar que las instituciones de educación superior deben implementar programas de actualización docente para que exista dinamismo y se incremente la calidad del proceso formativo. Tampoco se trata de restringir al estudiantado a utilizar IA más bien que se impulsen acciones que permitan orientar el uso ético y adecuado en armonía con las tecnologías, consolidando por tanto, las competencias digitales.
Pagina anterior