La Universidad Luterana Salvadoreña, es una institución que ofrece educación superior de calidad a todos los sectores de la sociedad, poniendo especial énfasis en los más vulnerables. Basándose en un modelo participativo y cumpliendo con sus funciones básicas: docencia, investigación, proyección social e internacionalización, contribuye al desarrollo social, político y económico sustentable del país.
Ser una institución con altos estándares de calidad, capaz de responder a través de sus funciones básicas a los retos emergentes de la sociedad, formando profesionales con capacidad técnica-científica, con vocación de servicio, principios morales sólidos, proactivos, dinámicos, que se interesen por aportar en la construcción de una sociedad más justa.
Por: Jennifer Mariela Ramos Quinteros
Publicado: 2024-02-03
Las transformaciones sociales y económicas tienen un gran impacto en la vida de las personas, debido a que los cambios acelerados en todos los ámbitos disciplinares requieren de la realización de reflexiones constantes, dejando en claro que la realidad es dinámica (Duarte, 2018). Ante esta realidad, las universidades como entidades encargadas de preparar a los futuros profesionales y a su vez de reproducir y crear nuevos conocimientos en función de la demanda que precisa la sociedad, deben encontrarse en análisis de las coyunturas nacionales e internacionales. Es por esto, que todas estas acciones concretas son el resultado de procesos de enseñanza y aprendizaje donde en las aulas universitarias se contribuye a la adopción de competencias por parte de los estudiantes.
Esto pone de manifiesto, que los educadores tienen que contribuir hacia una formación integral, no obstante, los estudiantes siendo los principales protagonistas del proceso formativo, en el deber ser tendrían que tomar una participación activa en su propio aprendizaje. Sin embargo, desde la perspectiva del profesorado que desarrolla su planeación didáctica, en el momento de llevar a cabo la enseñanza, surgen pues, diversas problemáticas en el aula, lo cual requiere en el más sencillo de los ejemplos, el cambio de estrategias o metodologías, en la medida que no se estén logrando los objetivos de aprendizaje propuestos en el currículo.
Ante estas situaciones los docentes toman un rol de investigadores del mismo proceso educativo, porque identifican problemas principalmente de falta de interés, poca participación, inasistencia, desmotivación, bajos rendimientos, entre otros. Esto con base en la experiencia los profesores, comienzan a cuestionarse sobre el origen de los efectos antedichos, de manera empírica se vuelve un desafío crear incidencia en el grupo de estudiantes que se atienden, para mejorar sustancialmente el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Lo anterior, conlleva a considerar la importancia de la investigación acción en la acción formadora de los educadores. Es por esto, que según Latorre (2005) “hace referencia a una amplia gama de estrategias utilizadas para mejorar el sistema educativo y social” (p. 23). De tal manera, que el nuevo paradigma de la educación de forma general requiere denotar al docente como investigador de su propia práctica, para poder resolver los problemas que acontecen en el aula. Cabe mencionar que la sistematización y socialización de las experiencias docentes pueden contribuir a retomar medidas concretas para atender la enseñanza, porque como se ha anticipado las Universidades requieren de reflexión sobre su propia accionar y por ende la práctica pedagógica es un punto medular para conocer los alcances y la calidad que se está gestando.
De este modo, como lo expresa Carbajal (2011) “La investigación acción es un proceso reflexivo que permite a los maestros mejorar la eficacia de sus métodos de enseñanza. No se centra en cuestiones teóricas, sino en las cuestiones que el profesor puede controlar” (p. 82). Es por esto, que la importancia de llevar a cabo de manera consciente este proceso de indagación tiene una estrecha relación con la evaluación de la praxis docente. En ese sentido, se convierte en una herramienta fundamental para optimizar la enseñanza y en consecuencia el aprendizaje estudiantil. Finalmente, el profesorado más que transmisor de información y conocimientos, es pues, un investigador de problemas educativos y gestor de las soluciones precisas para atender las necesidades que demanda el grupo de estudiantes.
Referencias
Carbajal, R. (2011). Investigación-acción como un apoyo para la enseñanza y aprendizaje. Realidad y Reflexión. Universidad Francisco Gavidia. https://ri.ufg.edu.sv/jspui/bitstream/11592/8500/1/Investigaci%C3%B3n-acci%C3%B3n%20como%20un%20apoyo%20para%20la%20ense%C3%B1anza-aprendizaje.pdf
Duarte, L. (2018). La importancia de la investigación educativa como herramienta poderosa para transformar realidades. Revista Conexiones. https://www.mep.go.cr/sites/default/files/revistaconexiones2018_a5.pdf
Latorre, A. (2005). La investigación-acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. https://www.uv.mx/rmipe/files/2019/07/La-investigacion-accion-conocer-y-cambiar-la-practica-educativa.pdf
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